martes, 29 de enero de 2013

Niños a la carta

Acabo de leer que una empresa de reproducción asistida de Barcelona ha dado los primeros pasos para hacer una propuesta de ley de iniciativa popular para eliminar la elección de sexo del niño como falta grave. ¡Y se ha admitido a trámite!

Ahora, sólo se puede elegir el sexo del niño si hay posbilidades de transmitir alguna enfermedad grave asociada al sexo (como el X débil, por ejemplo). Fuera de ese supuesto, está prohibido y tipificado como falta grave.

Existen razones probadas de que la elección de sexo tiene consecuencias negativas, como los desequilibrios poblacionales. Pero esta empresa considera que así lo que harían es evitar abortos motivados porque el bebé no es del sexo deseado.

Yo ya sabía de esta práctica que, con la liberalización del aborto hasta las 12 semanas y el análisis de sangre que permite conocer el sexo a partir de las 8 semanas, es fácil de acometer. De hecho, parece que en Europa ya se ha detectado un sospechoso aumento de nacimiento de varones frente al número de féminas, especialmente en algunos países del este, pero que se está extendiendo hacia los países más occidentales de la UE, como Francia.

Al margen de las consideraciones demográficas, que me parecen serias, hay algo que me escama mucho de este tema: ¿Qué clase de padres no están dispuestos a aceptar a un bebé sano, sea del sexo que sea?

El tema de tener un hijo enfermo lo dejo al margen, aunque soy contraria a la eugenesia, tanto prenatal como postnatal.

Y, por supuesto, ya que se ponen, han solicitado poder hacer cribados genéticos no relacionados con la salud.

Vamos, bebé a la carta.

Si tener un hijo va a ser como ir a la pajarería, donde poder elegir color, tamaño, inteligencia y, por supuesto, sexo; ¿qué carga emocional va a tener eso sobre esos niños?

Porque ,si tus padres no estaban dispuestos a aceptarte fueras como fueres (que es uno de los rasgos que para mí son básicos en la relación paterno-filial), no veo cómo van a ser capaces de aceptar tu libertad, tu capacidad de tomar tus propias decisiones, de elegir sobre tu vida. No me gustaría ser uno de esos niños a los que sus padres les van a exigir ser perfectos y responder a todas sus espectativas.

Ojalá el sentido común se imponga y esto sólo quede en una anécdota,¿no os parece?

4 comentarios:

  1. Jo! menuda animalada. Como dices es importante querer a nuestros hijos tal y como son y respetarlos por ello. Que clase de valores infundimos en nuestra sociedad?
    Lo cierto es que se supone que las leyes estan para cumplirlas y protegernos de barbaridades como estas pero el dinero... en fin, una lástima.

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    1. En realidad, como decía Luther King, es necesaria la desobediencia cívica a las leyes injustas.

      Si la ley no protege a los débiles (los niños, en este caso), será claramente una ley injusta contra la que luchar y movilizarse.

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  2. Estoy, una vez mas, totalmente de acuerdo... No creo que prospere semejante ley... Es de locos!

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