"Aquí no hay playa, vaya, vaya..."
Estamos pasando unos días muy duros aquí en Madrid. Hace un calor horroroso y llega un momento en que no sabes dónde meterte.
Por supuesto, los niños no escapan a este problema y se ven más afectados por el calor, si cabe: Comen menos, duermen peor, están apatatados...
Y hoy, por fin, he hecho algo que llevaba tiempo pensando y a lo que no acababa de lanzarme: Poner un palmo de agua templada en la bañera, llenarla de juguetes y meterme con las dos enanas.
¡Qué exitazo!
Las tres lo hemos pasado en grande. Creo que nunca había visto a la pequeña reírse a carcajada limpia de esa manera.
Una de las cosas que más ha gustado a ambas ha sido chapotear juntas con los pies. Cada vez que paraba, Pirañita me exigía que siguiera moviendo piernas de su hermana.
Pasado un rato, he decidido sacar a la peque, porque no quería que se cansara demasiado (una máxima con las actividades con niños es cortar siempre antes de que ellos quieran-sin convertirlo tampoco en una faena-, para que estén deseando repetir). Y, mientras le daba el pecho y caía doblada, el Superpapá ha tomado el relevo para jugar en la bañera con la mayor.
Pirañita ha salido alucinada con sus manos arrugaditas y deseando repetir.
Fresquitos y tranquilos, hemos pasado una mañana de relax, diversión y actividades educativas. Nos ha faltado el paseo, pero es que no se puede tener todo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario