lunes, 29 de octubre de 2012

Cambio de hora... ¡Insumisión!

Toda la vida, he odiado el cambio de hora de invierno. Si los días ya son cortos de por sí, ¿qué necesidad hay de acortarlos más?

Ha pocas cosas más deprimentes que levantarse de noche y salir del curro de noche. Es como vivir en una oscuridad perpetua, incluso si tienes una ventana maravillosa con luz natural en la oficina. Si esto último no se da, la sensación es casi sofocante.

Dicen que se ahora... Pero no dicen quién. Las familias no, porque pasan una hora extra de oscuridad y frío en casa. Son las empresas las que ahorran a costillas de los trabajadores, que gastan más luz y calefacción en casa.

Pero, este año nadie me dice dónde ni cuándo tengo que estar. Soy una mamá en casa y soy yo quien pone las normas. Además, mi marido tiene flexibilidad de entrada y salida del trabajo, por lo que nos hemos declarado insumisos del cambio horario.

Ahora sí que somos europeas, porque comemos entre las 12:00 y las 12:30, los baños empiezan como tarde a las 19:00 y aquí todos en la cama bien prontito (o lo que se dejen), porque también nos levantamos una hora antes.

Cuando comentaba mi plan maestro con otras mamás, sé que muchas se hubieran apuntado a la insumisión si no fueran esclavas de las guarderías y colegios. Porque, seamos francos, ¿qué haces con los niños tooooda la tarde en casa y sin poder salir porque a las 18:00 de la tarde está anocheciendo y hace un frío del carajo?

¡Insumisión al cambio horario!

Si tu vida te lo permite, únete.

No hay comentarios:

Publicar un comentario