lunes, 8 de octubre de 2012

Cuando no es una...

La semana pasada pasamos unas noches de escándalo. Yo ya no sabía dónde meterme. La peque se dormía, pero era imposible ponerla en su cuna, porque se despertaba. Ni siestas, ni de noche. Estaba desesperada.

La niña estaba malita y creo que es lo único que le pasaba. Al mejorar su estado general, ha vuelto a dormir como acostumbra, que no es para echar cohetes, pero peor es nada.

Y, ahora que la Peque está estable, es la mayor la que da guerra.

Resumiendo mucho: No hay quien la duerma.

Horas y horas pasamos a turnos mi marido y yo. Llantos, pataletas, jugueteo, canturreo... Hay de todo y, poco a poco, nos va minando las fuerzas.

Las quiero con todo mi corazón y no cambio un segundo con ellas por nada en el mundo, pero... ¿podríamos disfrutar alguno de esos segundos durmiendo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario