viernes, 2 de noviembre de 2012

Mi más sentido pésame

Hoy en las noticias hemos visto como unas chicas que habían salido con sus amigos a pasar una noche divertida en una fiesta no han vuelto, ni volverán a casa.

Había alcohol, drogas y, sobre todo, una dejadez absoluta. Aunque hubieran cumplido con el aforo, habría podido ser igual, pues parece que sólo una salida estaba abierta y la estampida huyó sin control hacia ella.

No es casual que hayan muerto chicas: Una constitución menos robusta y, sobre todo, peor equipadas: Faldas, tacones... Más fácil caer, más difícil levantarse, casi imposible correr...

Y ahí estarán sus madres: Desgarradas, indignadas, llorosas, destrozadas.

Ahora, como dice la Biblia, "el llanto y el rechinar de dientes". Habrá que buscar culpables, habrá alguna multa, quizá alguien pise una cárcel, pero esas niñas ya no volverán a casa. Esas madres, no podrán volver a abrazarlas.

Hoy pienso en ambas, hijas y madres, y se me hace un nudo en el estómago. Porque yo soy hija y soy madre, y es tan horrible...

Rezo por ambas. Por las niñas, para que estén en el Cielo. Por las madres, para que vivan su duelo con el consuelo de los Hijos de Dios y, así, puedan continuar con sus vidas sin perder contacto con sus hijas, que viven en Cristo.

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