viernes, 9 de marzo de 2012

Cachorrito y Cachorrote

Desde que nació la peque, Pirañita nos ha crecido un montón. Ya nos estaba dejando la talla 80 pequeña y había pegado un buen estirón tras dejar la guardería (aunque de eso ya hablaré en otra ocasión).

El tema es que está enorme y, por comparación, inmensa (4 veces el peso de su hermanita).

Debido a eso y a lo tierna que es, un día, empecé a pensar en ella como mi «Cachorrote». Es como una muñeca pepona, pero en enorme y brutota; como a mí me gustan lo niños.

Y, por extensión, la requetepeque pasó a convertirse en mi «Cachorrito» en mi imaginario personal. La veo tan chiquitaja, inmadura y vulnerable... Y, sin embargo, como señala su padre, está avanzando a una velocidad pasmosa. Cada día está más fuerte y cabezota. Es un carácter!

Y así estoy todo el día: Pañal grande para el Cachorrote, pañal pequeño para el Cachorrito;  bibe para el Cachorrote, teta para el Cachorrito; volteretas en la cama de los papás para el Cachorrote, ejercicios en el cambiador con el Cachorrito... Y suma y sigue, desde el primer biberón, hasta la tetada de la madrugada, entre mi Cachorrote y mi Cachorrito; que como alguien me las toque, me lo como como madre leona que soy (que lo de Mamá Vaca está muy bien, pero sólo con los cuernos me sabe a poco para proteger a mis cachorrillos).

Qué sería de mí sin mis dos peques y su Papá? No quiero ni pensarlo, ni saberlo...

Aunque no me importaría dormir un poco más... si mi Cachorrito y mi Cachorrote me dan permiso.

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