martes, 31 de julio de 2012

El desayuno de los campeones

Mi congelador ha tocado fondo... Ha llegado al límite de leche materna que puede almacemar (2 cajones, el que queda es para los pocos congelados que caben).

Sabíamos que este día llegaría y, por tanto, estábamos preparados para el excedente de leche. Y es que, sólo hoy, me he sacado 250 ml. entre la noche y la mañana.

Por tanto, Pirañita deja la leche de continuación (que últimamente no se toma ni a tiros) y se toma sus chococrispis (el único modo de que consuma leche) con leche (casi) recien ordeñada de su Mamá Vaca.

No sé si esto cuenta como relactar, pero, desde luego, la calidad de lo que damos a la peque a mejorado con mucho.

lunes, 30 de julio de 2012

El mar amarillo

No iba a contar esta anécdota, pero a mi marido le parece apropiado y el Superpapá tiene derecho a proponer temas al blog (incluso a escribirlos, si algún día se anima).

Estábamos esta tarde preparando unos folletos de viajes para tirar. Entonces, le mostré el tren que había en la portada de uno de ellos y le dije que era un tren y que, dentro de poco, viajaremos en uno igual para ir a ver a los abuelos.

Después cogí otro folleto y, mostrándole la portada, le dije que eso era el mar. Ella lo miró, lo asimiló, lo señalo y dijo muy segura: "Pis".

Ya sabía yo que el tema del mar acabaría siendo muy escatológico. A ver cómo le explicamos ahora que no debe hacer pis y cacas en la playa...

domingo, 29 de julio de 2012

El baúl de los recuerdos: Primeros recuerdos

Hace tiempo que tengo ganas de hacer una sección sobre mi primera crianza: Aquella en la que yo era la niña.

Los primeros recuerdos de mi infancia son posteriores al año, porque mi hermana ya está en ellos (nos llevamos 11 meses).

Recuerdo el momento de acostarnos. Mi hermana durmiendo en su cuna, yo en mi cama y mi hermano mayor (con él me llevo 17 meses) en la suya, con mi madre.

Otro recuerdo de aquella época es pasar por delante del cuarto de mi padre y sentir lástima por él, porque era el único que dormía solo.

Por supuesto, era mentira. Cuando nos dormíamos, mi madre se marchaba de la habitación para ir con mi padre. Pero, claro, entonces no lo sabía.

Colechando a los 30

Ya he contado otras veces que no colechamos con las niñas.

El caso es que el otro día estaba la Superabuela y pusimos a las niñas a echar la siesta. Y, ni cortas ni perezosas (igual un poco perezosas sí), nos echamos las dos en la cama.

Y, ¿hasta que edad durmieron sus hijos con usted?

Mi madre puede decir que, a los 30, su hija aún dormía con ella esporádicamente.

sábado, 28 de julio de 2012

5 meses

Una vez más, voy con retraso...

Nuestra pequeñuela ya tiene 5 meses y no me he dado ni cuenta.

Si no fuera porque estoy de excedencia, me habría tenido que reincorporar dos días antes de que los cumpliera. ¡Qué locura! ¡Con lo pequeñita que es...!

Dicho lo cual...

Está muy alta (o eso dicen). Ya le quitamos el capazo y, aunque aún podríamos haber apurado un poco en su momento, ya no cabría.

Ayer l pesé: 7'66 kg. pesa nuestra "rechonchita".

A nivel de motricidad gruesa, está estupenda. Avanza a buen ritmo, aún arrastrándose, pero lleva unas semanas poniéndose a 4 patas y es cuestión de tiempo que empiece a gatear. Además, tiene la espalda bastante fuerte. Todavía se acaba yendo a un lado, pero se mantiene unos instantes sentada sin apoyos.

Las manos se dirigen con presura hacia los objetos que llaman su atención. Los coge con un agarre precario, generalmente con las dos manos, y se los lleva a la boca, llenándolos de un sinfín de babas.

Hablando de lo cual...

Pasa del chupete bastante, pero le encanta babear lo que se ponga por delante (juguetes, peluches, ropa, la mano de papá, los zapatos de su hermana...). Creemos que ha empezado con los dientes, pero aún puede pasar tiempo hasta que asome alguno.

Sonríe con facilidad si está de buenas, pero lo mejor son sus carcajadas. Le encantan las cosquillas y pedorretas, así como su hermana. Incluso deja de comer para observar qué hace e intentar acercarse a ella.

Ya parlotea un poco. Se pone muy digna y suelta algo. Lo mejor son los "diálogos" con su hermana. Me parto.

Me ha tenido un poco desconcertada con las tetadas. Tan pronto come cada hora, como pasa el tiempo y se niega a coger el pecho. Parece que come más mientras duerme y en ambientes muy tranquilos, porque cualquier distracción hace que se suelte y no vuelva a agarrar.

El sueño está muy entrecortado. Se despierta mucho por la noche e, incluso, durante la siesta de "después de comer". Aún hace, por lo menos, un sueño más por la mañana y otro por la tarde.

Está preciosa, alegre, mimosa y maravillosa. ¿Os he dicho alguna vez lo rápido que se me está pasando?

Si las madres dominaran el mundo...

...la prima de riesgo sería ésa que anima a nuestros hijos a subirse a los árboles.

miércoles, 25 de julio de 2012

Llanto inconsolable

Hoy mi peque hace 5 meses y ésta noche hemos tenido uno de esos momentos que angustian mucho a cualquier padre: Un llanto inconsolable.

No quería pecho (lo rechazaba de plano). No estaba sucia. Le hemos dado Apiretal, porque está con los dientes, pero ya tenía que estar haciendo efecto cuando todo empezó.

No se había dormido dentro de la rutina normal y, como se resistía, puse su manta de actividades en la entrada de la cocina y me puse a preparar la comida de hoy.

Al principio, estaba juguetona y exploradora. Tuve que ir a buscarla al salón y hasta el final del pasillo un par de veces, porque andaba de excursión.

A partir de cierto punto, empezó a ponerse un poco quejicosa, así que intenté dormirla al pecho, pero no quiso. Por tanto, volvimos al punto de partida.

Fue quejándose más y, cuando se puso a gimotear, fui a lavarme las manos para cogerla. Cuando quise tenerla en brazos, ya lloraba.

Ni pecho, ni paseos, ni mecerla, ni tumbarme con ella, ni ponerla sobre mí, ni cantarle, ni mimarla y besarla... Nada conseguía calmarla.

Mi marido vino por si quería relevo. Había salido con la mayor para ir al baño.

No quería, pero pensé que, por probar...

Nada. Eso es lo que aguanté en el cuarto de la mayor. No podía soportar oírla llorar y no hacer nada (¿cómo lo hacen los que siguen a Estivil?).

Volví con ella al cuarto y tuve la sensación de que lloraba menos en el pasillo (que estaba más fresco), así que fuimos al salón.

Allí tuve la idea.

Un problema que tengo con la pequeña es que hay cosas que la distraen hasta el punto de no comer, aunque tenga hambre. Su hermana es una de ellas. La tele es otra.

Nos sentamos en el sofá y encendí "la caja tonta". Su atención fue captada por la pantalla enseguida. Gimoteaba un poco a ratos, pero yo la mecía mientras le comentaba lo que estábamos viendo (un documental sobre cómo se hacen maquetas de barcos).

Al rato, estaba tranquila y, poco después, relajada.

Pasado un tiempo, le ofrecí pecho y lo cogió.

Cuando su papá vino de dormir a su hermana, ella también estaba frita. Estaba preciosa, tan bonita...

Mi marido se sentó en el sofá a disfrutar del momento. Sólo faltaba la mayor durmiendo en mi regazo para ser perfecto; pero, como puntualizó mi marido, nuestra Cachorrote estaba felizmente dormida en su cama.

¡Qué mal se pasa cuando sufren y no sabes qué hacer!

Doy gracias a Dios por esa idea de la tele. Ya no sabía qué hacer o cómo ponernos.