viernes, 15 de noviembre de 2013

"Donde está tu corazón, está tu tesoro"

En la facultad, tenía una profesora que siempre nos decía: "Yo soy atea, pero hay que leer con atención la Biblia, porque es un libro de sabiduría."

Y tenía razón.

Ayer, viví la cita del título en mis propias carnes.

Eran las 13:15, cuando recibo una llamada de un número desconocido.

- ¿Marisunflowers?
- Sí soy yo.
- Hola. Le llamo del colegio de Pirañita. Está aquí conmigo, porque
nadie ha venido a buscarla y la profe tenía reunión.
- Ahora llamo a la abuela, a ver qué pasa.
- Bueno, si hay cualquier problema, podemos mandarla al comedor.
- No se preocupe, que ahora hablo con mi madre.

Llamo a mi madre, y no me coge. Nada nuevo bajo el sol, porque mi madre es un desastre con el móvil.

Sigo llamándole. No me coge.

Llamo a su casa. Nada.

Llamo a mi hermana, que estaba de vacaciones y podía estar con ella. Tampoco.

Después de insistir, llamo a mi padre. No sabe nada más allá de que mi.madre y mi hermana se iban a ir, con Cachorrito, a comprar algo.

¡Horror! ¡Mi chiquitina en un coche sin silla de seguridad!

Mi padre queda en llamar a mi madre, para que yo me centre en mi hermana. Ninguno obtenemos respesta.

El tiempo pasa y Pirañita necesita comer. Llamo al colegio para que la manden al comedor.

Mi padre y yo seguimos llamando, siempre sin respuesta.

Sólo puedo pensar en Cachorrito. Me doy cuenta de que, en ese momento, lo que les pase a mi madre y mi hermana, a quienes creía adorar, no me importa. Nada más importa. Sólo puedp rezar y rezar para que mi niña esté bien.

Y seguir llamando.

Llamo y llamo. Me llama mi padre. Sigue sin tener éxito. Oigo que he recibido algo durante la llamada.

Nada. Era una perdida de mi padre.

Seguimos llamando. Nada.

Mi padre me dice que tiene mucho trabajo, pero se puede escapar a llevarme a casa, si quiero. No quiero. No tiene sentido. Pirañita está bien y en casa no voy a saber nada que no sepa donde estoy.

Después de otras tantas llamadas, lo asumo. No tiene sentido. Toca esperar noticias de forma pasiva.
A mi padre se le ha ocurrido llamar a mi primo, que vive con ellos. Le sice que está mirando por la ventana y ve llegar un coche como el de mi hermana. Son ellas.

¡Las mato!

Vuelvo a mi escritorio y me pongo a trabajar.  Ya me da igual cómo siga la historia. Mi niña está bien. Lo demás no importa.

De conversaciones posteriores no merece la pena hablar. Volvamos a lo importante:

"Donde está tu corazón, está tu tesoro."

4 comentarios:

  1. Uy, se me ha encogido el corazón al leerte. Me alegra que todos esteis bien!

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    1. Había montones de razones para que no nos cogieran, como que mi madre se hubiera dejado el móvil en casa y que mi hermana no tuviera batería. Lo que no se me podía ocurrir es que estuvieran en una zapatería cercana a la casa de mis padres probándose zapatos, pensando que a mi primo se le aparecería la Virgen e iría a buscar a Pirañita al colegio por ciencia infusa.

      A veces la superabuela tiene cosas de bombero retirado.

      ¡Y lo mal que lo pasamos mi padre y yo! Creo que les han caído varias broncas de a kilo, y un par de menciones a los mayores desastres mundiales.

      En cualquier caso, saco algo positivo de esto: Creo que por fin conseguiré que mi madre deje de aceptar que le lleven en coches sin sillas de seguridad. O eso quiero pensar...

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  2. Uinnnss... te diré que mi madre también me está sorprendiendo, en el mal sentido. Como tu dices, tiene cosas de bombero retirado, y me pienso siempre lo de dejarle un rato a la peque... Nunca lo hubiera dicho!

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    1. El caso es que, puestos a fiarse de alguien, los abuelos suelen ser mejor opción que otras personas...

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