sábado, 25 de mayo de 2013

15 meses con Cachorrito

Para mí, los 15 meses son una edad señalada. Ésa es la edad que tenía nuestra Pirañita cuando nació nuestro Cachorrito, y eso hace que tenga recuerdos muy nítidos de ese momento de su vida.

Nuestra pequeñaja va dejando atrás cosas de bebé, además de otras que jamás usó, y creo que eso hace que parezca incluso mayor.

Cachorrito nunca quisó chupete y, con la mudanza, hemos desterrado los biberones. Además, ha salido de nuestro cuarto para compartir habitación con Pirañita, en la que ambas duermen en una litera semialta (Cachorrito duerme a ras de suelo y Pirañita a un metro de altura). Ya ni la cuna...

Se mueve con muchísima soltura y no quiere carro. Nunca le ha hecho mucho tilín, pero ahora ya no lo quiere ni en pintura. Prefiere andar y, cuando se cansa, sólo brazos. ¡Ella sí que sabe!

Y lo cierto es que anda, especialmente si va empujando la sillita de juguete. La pone sobre las ruedas de atrás, porque es un poco macarra, y a pasear. Creo que no miento si digo que camina casi más que su hermana, que aprovecha cualquier oportunidad para subirse al carro.

Sigue siendo una alpinista de bandera y, claro, la escalera de la litera es ahora su némesis. Ella lo intenta, pero aún no lo consigue. Y menos mal, porque aunque subir es difícil, bajar lo es aún más, y me da bastante miedo.

Creo que cada vez le gusta más dibujar. Ella misma lo pide, y me encanta. Además, tiene fijación por las teclas, especialmente las del ordenador. El otro día se subió a la silla y se conectó el spotify... de pura casualidad... creo...

Habla un montón. Usa cada vez más palabras y tiene una comunicación muy fluida. Se hace entender. Además, dice "ahsias" cuando le das algo y, a veces, incluso "aor" para pedirlas. ¡Qué bien la estamos educando!

Cada vez es una niñas más sociable, aunque sigue siendo reservada con los desconocidos y tarda en coger confianza.

¡Y tiene un carácter! No sé cómo será con dos años, pero sud perretas actuales son espectaculares. Llora, se tira al suelo, se da cabezazos... Y, claro, llora más, porque se hace daño.

Su relación con Pirañita sigue en su línea, alternando celos y momentos en los que te las comerías de lo monas que son. En cualquier caso, es curioso como en ocasiones no le importa ceder ante su hermana y, en otras, se planta firme y la esquiva diciendo "no" con toda firmeza y convicción. Ya no se deja mangonear por nadie.

Seguimos con las noches de poco sueño y lactancia, que ya no es a demanda, sino a exigencia. Básicamente: "O te sacas la teta, o te la saco yo."

Es una niña feliz y divertida y estoy deseando coger mi excedencia para compartir mucho más con ella.

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