domingo, 6 de mayo de 2012

Pendientes

Ayer pusimos los penientes a nuestro Cachorrito. Como no es fácil encontrar farmacias que pongan pendientes a bebés, fuimos a la misma en que se los pusieron al Cachorrete.

La otra vez, salí más contenta, porque ayer nos atendió un mancevo que no parecía tener mucha idea y se los dejó demasiado altos, muy cerca del cartílago; pero no lo tocabam y no era plan repetírselos...

Con Pirañita no tuve grandes dudas sobre si ponérselos o no. Todas las chicas que conoco cuyos padres no lo hicieron, se los pusieron, como tarde, en la adolescencia; y no pocas comentaban que ya se los podrían haber puesto de bebés y así no lo recordarían.

Con la peque, reconozco que lo pensé un poco (sin darle tampoco muchas vueltas), partiendo de la idea de que, al fin y al cabo, es su cuerpo y no el mío, por lo que igual debería decidirlo ella...

Pero no es tan terrible, ni tampoco definitivo. Después del susto (y dolor, no nos engañemos) del principio, no se ha quejado más. Y, si quiere quitárselos el día de mañana, nada más fácil que dejar que se cierre el agujero.

El caso es que si, como marca nuestra cultura, quiere llevarlos, no guardará ningún recuerdo de dolor o molestia.

Tanto con una, como con la otra, espero haber acertado. Y, si me he equivocado, lo siento; pero pensamos que era lo mejor y ellas tienen la posibilidad de no usar pendientes si no quieren.

La verdad es que yo me alegro de que mis padres me los pusieran. Lo que me recuerda...

¡Feliz día de la Madre, Superabuela!

Y a mi suegra, abuelas, tías varias y todas las mamás del mundo... ¡Felicidades!

No hay comentarios:

Publicar un comentario