miércoles, 28 de noviembre de 2012

9 meses con Cachorrito

El domingo, nuestra pequeña alcanzó los 9 meses.

Está muy alta. Lo noto en la ropa, pues está gastando la que su hermana llevaba al año. No la llena tanto, porque es más espigada, pero pronto tendré que sacar la siguiente talla, porque hay prendas que le van quedando justas de largo.

Es encantadora y con mucho carácter. Si algo le gusta, en seguida lo hace saber; y tampoco se corta para mostrar su disgusto.

Busca mucho que le hagan caso y, en cuanto alguien se lo hace, la tiene ganada. Supongo que es el precio de ser la segunda, pero no me gusta que tenga que perseguirme tanto para recibir la atención que sin duda merece. Intento hacerle todo el caso posible,  pero siempre siento que me gustaría hacerle más.

Ya va tiesísima y podemos jugar con ella a dar vueltas a la mesa. También disfruta mucho con el cucu-tras, para el que puede utilizar un trozo de tela para esconderse.

Le gustan mucho los libros y es capaz de mantener la atención mientras le cuentas un cuento. Además, ha empezado a interesarse por detalles de los dibujos.

Ya ha hecho sus primeros rallones con las ceras de su hermana y golpea el xilófono con mucha intención. Empieza a utilizar instrumentos, más allá de la cuchara, y destroza y desmonta torres de bloques.

Ha empezado a bailotear al ritmo de la música. Me hace mucha gracia cómo bota agarrada a algo.

También ha empezado a saludar con la mano. Al principio pensé que era coincidencia o imitación (e igual lo eran), pero ahora lo hace de forma bastante consistente.

Ha adquirido la pinza básica, oponiendo el pulgar al resto de dedos. Eso supone que puede coger cosas más pequeñas y con más soltura (para llevárselas a la boca y que su madre no pueda bajar la guardia ni medio segundo, claro).

Le chifla el baño. Le encanta morder las esponjas y chapotear con manos y pies, especialmente si su hermana se apunta.

Sigue sin gustarle que la vistan. Sin embargo, si juegas con ella en el proceso, parece que no le sienta tan mal.

Charlotea un montón y, como ve que le contestamos, sigue con sus monólogos y diálogos. Además, como su hermana le hace el eco, a veces entran en un bucle que, un ratito, resulta muy divertido  (cuando es mucho rato, resulta un poco cansino).

A nivel de alimentación, come casi de todo y comparte el 99% de nuestro menú. Eso sí, de sus tomas de pecho que no le quiten ni una, que son suyas.

Sigue durmiendo muy entrecortado y tuvimos unas semanas muy duras, hasta que descubrimos el truco del saquito. Cuando me dicen que ya debe espaciar bastante las tomas, me río por no llorar.

Con su hermana tiene una relación de amor/empalague que es muy bonita y, a la vez, muy peligrosa, ¡porque se lleva cada viaje, la pobre...!  Y es que a cada cual lo suyo, que, a veces, en su afán de estar sobre su hermana, se pasa y la otra la coloca en su sitio de un mamporro.

Me gusta mucho cómo está creciendo, cómo está avanzando, cómo va alcanzando sus pequeñas-grandes conquistas.

Es una niña preciosa que crece demasiado deprisa. Pero que no sea de otra manera, que así es como debe ser.

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