martes, 7 de agosto de 2012

Hermana solidaria

He descubierto que los segundos hijos son muy solidarios con los primeros, cosa que no se cumple al contrario (¿gracias a Dios?).

Cada vez que su hermana empieza a quejarse o llorar, el Cachorrito frunce el ceño, pone pucherito y, como el Cachorrote no pare, ya tienes dos bebés llorando. De hecho, no hay sonido más temible que los agudos de su hermana cuando intentas dormir a la pequeña, porque son garantía segura de que se desvelará para hacer los coros.

Y, como estamos a las duras, nos apuntamos también a las maduras; pues la risa de la mayor suele encontrar su eco en la pequeña. Es una gozada oírlas reír a carcajadas como dos posesas.

Supongo que tendrá que ver con el aprendizaje por imitación, pero lo cierto es que no reacciona igual al llanto de otros niños, ni a sus risas.

¿Querrá ser como su hermana?

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